Hacia una sociedad más solidaria
Solo juntos podemos sanar
Recuerdo el día de Reyes Magos más feliz de mi vida.
Por fin se acordaron de traerme el vestido de flamenca con sus zapatos rojos de lunares blancos, con sus taconcitos tan bonitos, el sueño de cualquier niña. Y el disfraz de enfermera, que había pedido durante cuatro años seguidos.
Hoy me encuentro en una planta de Hospital, con mi uniforme de enfermera y recordando la ternura de aquella niña que ponía inyecciones de mentira pensando que podría ayudar a curar a todo el mundo.
No hubiese podido imaginar que algún día tendría que vivir una situación de emergencia como la que estamos viviendo.
Miro a mis compañeros y me veo reflejada en ese cansancio físico y emocional.
El sector está bajo presión, muchas experiencias dolorosas, escenas terribles grabadas en nuestras pupilas y corazón.
Todos merecemos cuidados y descanso, por eso algunos de nosotros también tendremos que recibir ayuda psicológica o emocional.
Ese parece ser uno de los mensajes que vino a enseñarnos la pandemia: lo vulnerables que somos, cuánto necesitamos de los demás, de la generosidad y el cuidado de personas cercanas y no tan cercanas.
A pesar de mi naturaleza optimista, siento preocupación, sobre todo cuando veo la prisa por volver a la «normalidad»: si lo que llamamos normalidad es seguir por el mismo camino que nos llevó hasta aquí ¿qué nuevo resultado podemos esperar?.
Prefiero pensar que todo esto tiene el propósito de conducirnos hacia una sociedad más solidaria, que piense en cómo cuidarnos y responsabilizarnos unos de otros.
Mitigar la incertidumbre y el miedo con una buena dosis de humildad y colaboración, sería un buen comienzo para empezar a sanar.
Solo espero que esto no se nos olvide demasiado rápido. Porque cada vez somos más los que pensamos que esta pandemia vino a cambiar muchas cosas y, si la afrontamos con cautela y medidas preventivas, antes saldremos adelante y más fortalecidos.
¿Más rebrotes, más golpes? No, por favor.
Sigamos cuidándonos, protegiéndonos a nosotros y a los demás.
Rosa Valls
InCírculo
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