¿Cómo explicar los desastres naturales?
A tenor de todos los desastres naturales que estamos presenciando, lo primero que deberíamos entender es que somos nosotros mismos los que alteramos el equilibrio ecológico que, de otra manera, imperaría en la naturaleza.
Ese desequilibrio lo provocamos no porque usemos tecnologías dañinas. Más bien, el problema parece estar en nuestra actitud desconsiderada con el entorno. El ser humano mayoritariamente es egoísta y se comporta de forma opuesta al equilibrio ecológico. En otras palabras, abusamos de la naturaleza porque no es nuestra prioridad estar en armonía con ella, ni tampoco relacionarnos de forma positiva con los demás.
Esta actitud explotadora –entre nosotros y con la naturaleza– es lo que proyecta desequilibrio y corrupción hacia todos los niveles de la existencia
Nada de lo que intentemos hacer logrará minimizar el impacto ambiental que provocamos. Incluso si renunciáramos a todos nuestros avances tecnológicos, no conseguiríamos estar en armonía con la naturaleza mientras no exista el equilibrio a nivel humano, mientras nuestros pensamientos y nuestra actitud se centren solamente en beneficiarnos a costa de los demás y del entorno. Esta actitud explotadora –entre nosotros y con la naturaleza– es lo que proyecta desequilibrio y corrupción hacia todos los niveles de la existencia.
No es de extrañar que nuestra actitud egoísta provoque reacciones en la naturaleza que nos llegan en forma de enfermedades, desastres naturales, catástrofes ecológicas, etc. A nivel humano esto se manifiesta bajo la forma de problemas de desesperanza, ansiedad y depresión, entre otros. Todo parece indicar que ninguna medida nos ayudará a salir de la crisis global en la que estamos inmersos (incluida las crisis climáticas) a no ser que adoptemos una actitud mucho más responsable, solidaria y empática.
Cuanto más entendamos y apliquemos este principio, menos crisis experimentaremos a nivel climático. De hecho, veremos reducidas las crisis en todos los ámbitos de la existencia, alcanzando una vida armoniosa y plena.